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El affair Cuba-USA


Muchos festejan que el presidente Barack Obama haya iniciado negociaciones con el gobierno cubano; algunos incluso lo ven como un triunfo de la perseverancia del pueblo de Cuba. Yo no soy tan optimista.

Creo que ni Obama es el paladín de la democracia, ni Raúl Castro es una blanca paloma. El acercamiento tendría que ver, a mi juicio, con el interés de EE.UU de preparar las condiciones para iniciar en el 2018 la explotación de los yacimiento petroleros del Golfo de México, los famosos Hoyos de Dona.

A México le fue arrebatada la mayor parte de esa riqueza con la «desaparición» de la Isla Bermeja mientras Cuba mantuvo sus aguas territoriales, con lo que EE.UU. se ve obligado a pactar con el gobierno de los Castro acuerdos sobre el petróleo a cambio de levantar el bloqueo y tal vez otros beneficios.

Si no estoy equivocado, México quedaría expuesto a un contexto internacional adverso. Nadie ve con buenos ojos que Estados Unidos controle los hidrocarburos del mundo; en esas condiciones, las tensiones políticas y económicas de esta guerra silenciosa nos afectará como ahora nos afecta la baja del precio del petróleo.

Sin un aparato de inteligencia preparado para estas circunstancias, una economía sin fuertes sustentos tecnológicos ni capital suficiente, con una clase política miope y sin proyecto nacionalista, nuestro futuro como país soberano y próspero, estaría seriamente comprometido. Ojalá esté equivocado.