Archivos Mensuales: junio 2021

El cambio que viene. Una invitación al debate.


El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) abrió la posibilidad de un período de transformaciones sociales en México después de un largo período de represión, control y saqueo, cuyo inicio podría fijarse en 1968. Ese año es, al mismo tiempo, el triunfo y fracaso, la cima y la sima, de los movimientos de protesta social en México. A partir de ese año comienza el desmantelamiento sistemático del movimiento rebelde armado y la construcción de la oferta de apertura democrática que llevará a la protesta por otros derroteros menos conflictivos.

Por otra parte 1968 fue también la condición que hizo posible el resurgimiento de los nuevos movimientos cuya máxima expresión fue el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994 por un lado, y los llamados gobiernos progresistas en varias latitudes de América Latina y en México por el otro. La insurgencia neo zapatista representa la continuidad de los movimientos armados de la década de los 50s y 70s, mientras que la ola de los gobiernos progresista, hasta AMLO, es la expresión de la socialdemocracia que en México comenzó a germinar en los años del echeverrismo.

Lo que ocurrió entre 1994 y 2017 fue el saqueo de la riqueza mexicana, el intento por desmantelar la nación y la explotación y despojo del pueblo de México. La respuesta a esa situación, incluso de algunos sectores de la burguesía, fue el voto por el lopezobradorismo. Es importante señalar que el triunfo de AMLO representa, por una parte, la salida socialdemócrata del momento, cuyas condiciones de posibilidad fueron las derrotas, tanto de movimiento armado en particular , como de la protesta social en general; pero por otra, la expresión de la voluntad de cambio de la población.

El proceso de conformación del lopezobradorismo ha pasado del mesianismo al populismo y de estos al caudillismo para desembocar en un nacionalismo dependiente. La dificultad en caracterizar a López Obrador reside en parte en su mutación constante, hasta llegar al límite que parecen tener las políticas socialdemócratas: el nacionalismo populista.

No podemos más que aceptar que el lopezobradorismo hace al menos posible profundizar en los cambios sociales a favor de los desposeídos en México o incluso en la región latinoamericana; pero el problema radica en las limitaciones del lopezobradorismo y en el límite temporal que la norma constitucional le impone: el 2024. En ese año se decidirán, entre otras, dos cosas la continuidad del morenismo (que no es el lopezobradorismo) o su derrota. No podemos, ni debemos aceptar la derrota del lopezobradorismo, porque en la conciencia del pueblo trabajador está la idea de que representa una fuerza progresista a favor de los pobres, y así es; pero es aún mas importante el hecho de que su derrota significaría el regreso a la barbarie capitalista en México, quizás bajo su nueva metamorfosis.

En ambos escenarios el factor común desde la perspectiva de la lucha de los trabajadores de la ciudad y el campo, es la resistencia. Mantener la resistencia al capital con el parcial apoyo del lopezobradorismo plantea más posibilidades de cambio y mejoras para la población que sin su cobertura. Tarde o temprano las masas de trabajadores tendrán que enfrentar a sus enemigos de clase, pero lo mejor es hacerlo en las mejores condiciones posibles y eso nos lleva al escenario internacional.

En el mundo tres propuestas siguen vigentes y mantienen una lucha ideológica en torno a la revolución, la reforma o la evolución a las cuales se ha sumado una cuarta propuesta, la metamorfosis (Beck, 2017). A las teorías socio-políticas y económicas que derivan de estos cuatro referentes se asocian o es posible asociar, las correspondientes políticas de cambio social. Hace sesenta años ningún marxista se atrevería a apoyar otra cosa que no fuera la revolución; hoy nos damos cuenta que los planteamientos mencionados pueden articularse bajo la batuta del movimiento revolucionario, es decir del movimiento anticapitalista que pone en el centro a la clase obrera, a los pobres, a los explotados.Es una tarea urgente formular la teoría socio-política que ponga en articulación las posiciones mencionadas, e igualmente importante es hacerlo en los hechos transformando, resistiendo o ambas cosas.

En el nivel de la teoría el gran escollo es que los dirigentes de masas han dejado de lado la teoría, ya no digamos revolucionaria, sino del cambio social, de modo que el estudio científico de la realidad ha quedado en manos de la academia. Esta situación, producto de la división capitalista del trabajo, debe ser superada, pues hace décadas que los dirigentes de masas ya no son al mismo tiempo los intelectuales del pueblo como lo fueron Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, Mao, Gramsci, Fidel Castro, el Che Guevara y tantos mas. En México, la Red Mexicana para el Estudio de los Movimientos Sociales ofrece una alternativa para superar esta situación, pero no es suficiente, porque en parte, esta separación entre el movimiento social y la teoría, tiene raíces profundas en el consumo capitalista que moldea el modo de vida y la conciencia de la mayoría de los dirigentes obreros.

La preparación para los cambios que vienen plantea además la tarea de formular el programa mínimo que habrá de enarbolar el pueblo explotado, su forma de organización y la táctica que requiera la coyuntura: reforma, transformación o metamorfosis, con el horizonte de un cambio revolucionario. Las diferencias entre los primeros conceptos son tan sutiles, que se corre el riesgo de confundirlos con facilidad, pero su análisis crítico corresponde a la teoría que por cierto en México, tiene terreno fértil en las aportaciones de Bolívar Echeverría y Enrique Dussel, por mencionar a los más conocidos.

En el espacio de estas breves y apretadas notas, mi propuesta se limita a un programa de trabajo con miras al 2024 cuyo contenido inicial he establecido con la siguiente temática en orden lógico conceptual:

  1. Crítica de las categorías del cambio social.
  2. Política y revolución: un marco de referencia.
  3. Capital y política en México. Del neoliberalismo al nacionalismo dependiente.
  4. Clases sociales y ciudadanía. ¿Categorías para articular una teoría de la revolución?
  5. México después del lopezobradorismo.
  6. México y la revolución que viene.

Debo aclarar que tengo avances que pueden estimarse entre un 60 0 70% del programa, aunque espero desarrollar toda la temática planteada a mediados del 2024; no obstante iré presentando como artículos, los avances en cada línea de análisis conforme tenga los resultados en cada una de ellas comenzando con los temas 3 y 4.

Mi propuesta va en el sentido de invitar a los académicos, analistas y dirigentes políticos, a debatir en el marco de los problemas y la temática antes expuesta.