Archivos Mensuales: diciembre 2022

Crisis del capitalismo y movimientos sociales en América Latina


Mi lectura del trabajo de Hernán Fair la hago a contra luz, como lo hacen los médicos cuando observan una radiografía, tecnología en proceso de extinción como muchas cosas en el capitalismo. La luz de fondo proviene de una fuente que se nutre de los descubrimientos de Karl Marx: las contradicciones y límites del capital en su reproducción ampliada.

Marx descubrió que la mercancía, aquel producto del trabajo humano que se destina al mercado y no al consumo directo, tiene dos componentes o aspectos: ser valor de uso y por otra parte contener valor. El primer aspecto corresponde al trabajo concreto el que crea bienes para satisfacer necesidades humanas, reales o imaginarias, el segundo al simple desgaste de fuerza de trabajo humana.

Conforme la tecnología se aplica a la producción las mercancías contienen cada vez menos trabajo humano vivo, fenómeno que se expresa en una realidad dramática pues las empresas contratan cada vez a menos seres humanos y por menos tiempo y con ello el salario se reduce donde la enorme mayoría de la población es asalariada.

El incremento de la composición orgánica del capital, el hecho de que cada vez tenga menos contenido de fuerza de trabajo viva, se origina en la feroz competencia en el mercado capitalista, de modo que o sobre produce mercancías, los consumidores mayoritarios tienen menos capacidad de compra o ambas cosas a la vez.

Si bien lo anterior es un problema serio para el capital, lo es mas su inevitable tendencia a reducir el contenido de fuerza de trabajo humano vivo en la mercancías, porque de llevar al punto cero, el capitalismo como lo conocemos llegaría a su fín; la humanidad regresaría a una sociedad de valores de uso. Pero esto desde luego no conviene a la burguesía y hoy sus intelectuales y estrategas hacen un inusitado esfuerzo por evitar el colapso diseñando una mutación de la sociedad capitalista hacia una sociedad de alta tecnología con una élite dominante tecno-científica.

La guerra entre las grandes potencias (China, USA y Rusia) no es mas que la primera fase para la metamorfosis del capital. Lo que se disputa en esta guerra no es el predominio del capital o su derrumbe, sino el cambio de liderazgo para conducir el proceso de mutación hacia una sociedad pos-capitalista, pero definitivamente clasista en otro sentido; en aquel que se entiende por el dominio sobre una inmenso capital fijo robotizado y formas de comercialización y comunicación dirigidas por la llamada Inteligencia Artificial.

Antes que el triunfo en la guerra para la burguesía de todas las potencias está el contener a las masas, y en Latinoamérica esta contención es particularmente compleja, porque debe combinarse con la continuidad de la explotación despiadada de la fuerza de trabajo y la extracción de minerales estratégicos para las nuevas tecnologías.

La contención se mantiene con el abrir y cerrar ciclos de esperanza, ya sea a escala nacional o regional. La escala regional la vivimos en la década de los noventa y las nacionales, en el caso de México, la vivimos al final de este primer cuarto del siglo XXI. 

En México la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador abrió el ciclo de la esperanza, si bien con retraso; pero en mi opinión forma parte de la contención de la insurrección violenta de las masas populares, a pesar de las buenas intenciones de López Obrador. Pero como esperanza plantea la posibilidad de profundizar la transformación social de México y puede que de algunos otros países latinoamericanos.

He leído el trabajo de investigación de Hernán Fair teniendo en mente las consideraciones anteriores; verá el lector  cómo  el artículo de Fair se puede leer  para observar cómo opera el proceso metamórfico del capital al avanzar hacia una transformación revolucionaria pero burguesa, esto es, una revolución sin las masas, una revolución pasiva. Esto parece ser una contradicción, pero no es así, porque el capitalismo construye ahora un camino hacia la permanencia del dominio burgués, sin burguesía, esto es, una  élite que domine a los científicos y tecnólogos para constituir una nueva forma de Estado donde el excedente social de producción se distribuya a su entera satisfacción, esta claro que una distopía está en proceso de construcción y aún no somos capaces de encontrar la salida desde una posición marxista; pero que se logrará espero que en poco tiempo. Muchos estamos comprometidos con esa tarea.

Democracia radical y lucha popular en América Latina

El autor destaca que el pensamiento revolucionario después de Antonio Grasmci, desecha cualquier forma de socialismo dogmático, para abrirse a una pluralidad de formas de construirlo, formas que comprenden; modos de organización comunitaria, autogestión social, participación democrática, luchas colectivas del pueblo contra las diferentes formas de explotación y por la liberación de las clases o grupos subalternos oprimidos en el capitalismo actual.

Por lo general estas formas de organización y lucha socialista que se basan en la autogestión comunitaria de las clases subalternas al promover relaciones de socialización de los medios de producción y la  participación democrática horizontal de los grupos subordinados en la gestión económica; medidas, todas ellas, claramente anticapitalistas.

Por otro lado, son formas de organización que pugnan por una democracia ampliada y radical que permita el reconocimiento y aceptación de las diferencias y la pluralidad social que forman parte de la condición humana.

Identidades y estrategias en tensión

Hernán Fair afirma que es posible observar en los movimientos sociales latinoamericanos, “estrategias autonomistas y particularistas”;  estas experiencias populares se propusieron resguardar una autonomía plena frente al Estado y evitaron participar en la competencia electoral. Este tipo de experiencias particularistas se situarían en lo que Gerardo Aboy Carlés define como identidades populares “parciales”, ya que se caracterizan por construir “identidades en disputa con el poder que no aspiran a representar más que su propio espacio” .

Por otra parte, existen las “estrategias articulatorias y con pretensiones hegemónicas” que  se caracterizan por construir vasos comunicantes y alianzas estratégicas con el Estado para hacer viable sus demandas primordiales.

Un ejemplo exitoso de esta estrategia de diálogo y de  organización colectiva, es la del movimiento indígena-campesino en Bolivia, que articuló la lucha anti-neoliberal con la lucha anti-racista, anti-colonialista y por la radicalización democrática. Un segundo ejemplo es el caso de Ecuador; los pueblos del sur y del norte amazónico se articularon desde los años ochenta a través de tres tipos de organizaciones de base (comunas, cooperativas y asociaciones), mediante un modo de funcionamiento autónomo y descentralizado, que tomaban decisiones en sus asambleas.

Los movimientos sociales de base mantuvieron una lógica de diálogo y negociación con el gobierno de Rafael Correa y a partir de la Alianza País, lograron el reconocimiento de sus demandas colectivas, a través de la participación en la redacción de la Asamblea Constituyente y la tipificación de sus reclamos históricos.

Los límites de las luchas ultra-particularistas

Los problemas de la praxis social

Pese a sus valiosos modos de organización democrática y acción colectiva en defensa de las clases subalternas, en América Latina los movimientos autonomistas tuvieron fuertes limitaciones para presentarse  alternativa política viable al sistema de dominación vigente. Estas experiencias del campo popular construyeron identidades que privilegiaron la negatividad frente al orden dominante y la plena autonomía mítica de su proyecto societal.

Hay aquí algo que llama mi atención. El autor afirma que ninguna operación que pretende ser hegemónica es exitosa si no logra trascender la negatividad frente al orden vigente y pasar a construir alternativas de “positivación” siguiendo a  Laclau y Mouffe (2004, 235). Es decir, en términos que invocan a Hegel, sería “trascender” hacia  la negación de la negación, hecho que, de acuerdo con Enrique Dussel, lleva a un estado positivo que comienza a marcar la decadencia del régimen político que habría surgido como el ideal revolucionario, para comenzar de nuevo.

Limitándose a sí mismos, los movimientos autonomistas tendieron a demonizar al Estado y la competencia electoral, sin transitar hacia la negación de la negación.

Concibieron al Estado como enemigo a priori de las clases subalternas. Esta racionalidad debilitó la fuerza performativa y la eficacia de sus reclamos históricos, al no contar con el poder vinculante que se deriva de la institucionalización de los derechos sociales, garantizados por la coacción estatal. 

Sin duda, aquí se presenta el problema de cómo hacer diferentes las “nuevas instituciones” de las “viejas instituciones” que componen al Estado. Un problema duro de roer si no se piensa en una diferenciación gradual de los supuestos tipos de instituciones. En fin, para el autor estos problemas de estrategia política no invalidan la importancia de las luchas autonomistas, que contribuyeron a democratizar las relaciones sociales desde una lógica horizontal  de acuerdo con los estudios hechos por Ceceña en 2001; Modonesi e Iglesias en 2016.

Además, los movimientos autonomistas menosprecian el auxilio que en ciertas circunstancias puede tener el Estado para reconocer sus demandas primordiales y modificar la correlación de fuerzas del capitalismo en favor de las clases subalternas.

Las tensiones irresueltas en las democracias actuales

Fair afirma, apoyándose en otros autores, que existe una contradicción entre las formas de participación horizontal y las formas de representación vertical o jerárquica. Esta es una contradicción inherente al Estado y al régimen de democracia representativa, contexto en el cual se gestan los movimientos sociales que enfatizan formas de participación horizontal.

El problema se agrava en las naciones que tienen mucha población y una amplia extensión territorial además de pueblos con diferentes identidades, intereses y demandas sociales.

Existe otro tipo de contradicción ésta se relaciona con el deseo de promover prácticas anti-mercantiles, anticapitalistas, ademas de socializantes, basadas en el valor de uso, la solidaridad, la reciprocidad y la satisfacción de necesidades, en contraposición con el modo de funcionamiento del sistema capitalista.

La lógica política simplificadora y las falsas disyuntivas

Las contradicciones que producen tensiones al interior de los movimientos sociales, encuentran un problema adicional cuando son abordadas desde una visión binaria que reduce las opciones a una lógica de todo o nada. Así, frente a las limitaciones ontológicas y estructurales para alcanzar la plena presencia del “Demos”, se debe, según el autor, reconocer la inevitabilidad de ciertas formas de representación política e institucionalizada, porque es falsa la disyuntiva entre asamblea popular versus parlamentarismo, o democracia obrera versus democracia burguesa.

Existen diversos mecanismos intermedios de participación directa y semi-directa del “Demos”, que van  desde las formas asamblearias y los consejos comunales, hasta los referéndums, plebiscitos, consultas e iniciativas populares, las revocatorias de mandatos y los presupuestos participativos, que permiten radicalizar la democracia y extender la participación popular y que han sido utilizados principalmente por los gobiernos de Chávez, Evo Morales y Correa.

💡 Podría estar de acuerdo con el autor siempre y cuando no se pierda de vista que estos “mecanismos intermedios” pueden ser usados, como de hecho se hace en los países con sistemas de partidos políticos corruptos, para legitimar su incapacidad de aquellos para gestionar los intereses de los explotados.

Este camino de superación de los falsos binarismos es el que Laclau (2014) propone en su último escrito, cuando vincula la propuesta del Socialismo del siglo XXI con la necesidad de “avanzar paralelamente” en la dimensión “vertical” de la hegemonía y la dimensión “horizontal” de los movimientos sociales.

El papel del Estado y los movimientos sociales

Fair se basa  en Thwaites Rey (2010) para sostener la relevancia crucial del Estado en la lucha por la hegemonía por su capacidad para institucionalizar derechos sociales y de utilizar su aparato coercitivo para ejercer el monopolio de la violencia física para obligar a cumplir sus ordenanzas.

De este modo, en ciertos casos un Estado de Bienestar es capaz de garantizar el cumplimiento efectivo de los derechos elementales de los sectores subalternos, agrego yo;  siempre y cuando el pueblo tuviera participación en las fuerzas armadas de manera organizada y con una política antiburguesa en el sentido de impartir justicia a los explotados.

El antagonismo exacerbado centrado en el Estado, afirma Fair, pierde de vista que el principal beneficiado de la retirada del Estado Benefactor es el capital, tanto el financiero-especulativo, como el primario-exportador. Las políticas neoliberales de apertura y desregulación económica indiscriminadas destruyen a los pequeños productores rurales y a las PyMes vinculadas al mercado interno, y acrecientan la concentración del ingreso y la centralización del capital. 

💡 Esto último es cierto, en situación de crisis del capitalismo que involucra a la inflación como instrumento de extracción de valor, políticas que no le sigan el juego con el alza de tasas de interés y pongan en práctica otros instrumentos, podrían beneficiar a estos sectores populares.

La exigencia del todo o nada deja a un lado la estrategia  de fomentar mecanismos de socialización mixta y de cogestión. Pero el principal problema de la estrategia del “todo o nada” es que impide modificar de un modo efectivo la correlación de fuerzas sociales. Lo cual es un error, ya que la articulación política resulta crucial, porque permite amalgamar las diversas demandas e intereses de los grupos subalternos en torno a un mismo proyecto.

El autor resume algunas consideraciones que podrían darle viabilidad a un socialismo del siglo XXI:

a). Ante lo inevitable de ciertas formas de representación política el Estado deja de ser un enemigo a priori, para ser entendido -en ciertas condiciones- como un potencial aliado estratégico de las luchas sociales de las clases subalternas.

b). La posibilidad estratégica de emplear a las instituciones tradicionales que para canalizar las demandas sociales de los grupos subalternos, se requiere preservar cierto grado de autonomía para fomentar el poder popular desde abajo y garantizar la máxima igualdad social del “Demos”, junto con el máximo grado de reconocimiento y aceptación de las particularidades y diferencias internas y evitar el riesgo de burocratización y cooptación de las clases subalternas.

c) La posibilidad estratégica de articular formas mixtas de producción y

d) La posibilidad estratégica de articular las luchas sociales de las clases subalternas para promover una estrategia política ofensiva frente al orden capitalista.

Es necesario reconocer que existen en el capitalismo diferentes modelos de desarrollo con grados diferentes de economías de mercado y democratización popular, que producen efectos muy distintos sobre las condiciones de vida y los derechos fundamentales de las clases subalternas. Desde mi punto de vista el mercado no es el problema, si bien su universalización fue condición para el desarrollo de capitalismo. El problema es la producción para y solo para el mercado, que en el fondo es la forma de valorizar el valor, y no el valor de uso. Articular solidariamente las demandas e intereses fragmentados del pueblo trabajador es muy importante para  enfrentar al bloque de poder.

Los gobiernos progresistas de América Latina

Si los movimientos autonomistas no lograron modificar la correlación de fuerzas sociales, los gobiernos progresistas y de centro izquierda de América Latina mostraron, con diferentes grados e intensidades, importantes limitaciones para radicalizar la democracia y profundizar el poder popular.

En las comunas y consejos comunales, el chavismo mostró a partir del 2006 una dinámica de imposición “de arriba hacia abajo” que “redujo y partidizó el pluralismo comunitario que era propio de las organizaciones impulsadas en el primer gobierno de Chávez”. Esta dinámica limitó su potencial autonómico y propició su cooptación vertical.

En relación con la tensión entre el mercado y las economías de los pueblos indígenas, la literatura especializada criticó en particular a los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner y “Lula” Da Silva y Dilma Rousseff por la continuidad de políticas neoliberales que potenciaron la concentración del capital e intensificaron los altísimos niveles de pobreza, precarización e informalidad laboral. De allí que diversos autores definan como posneoliberal o neodesarrollistas, a estos gobiernos democrático-populares que emergieron de la crisis del orden neoliberal.

En cuanto a las formas de democratización ampliadas, en el caso de Argentina, fue denunciada  la persecución, criminalización y represión de la protesta social durante el gobierno kirchnerista.

En Venezuela se denunció el cierre de medios de comunicación anti-chavistas (o anti-Maduro), la detención arbitraria de alcaldes opositores y el asesinato policial de estudiantes que protestaban contra el gobierno.

Por otro lado, la mayor parte de los gobiernos populares de la región no sancionaron el derecho al matrimonio igualitario, al aborto, a una muerte digna (eutanasia) y a la fertilización asistida, y en Bolivia la Convención Constituyente no realizó un debate serio sobre la problemática de género, mientras que en Ecuador Correa rechazó debatir sobre el aborto por razones constitucionales (Welp 2018). Sobre estos temas señalados por Welp y citados por Fair, existe un debate que atribuye a estas expresiones sociales las formas culturales en como se expresa el valor que se valoriza y que no es conveniente dejar de lado (Jappe, 2019).

A partir del análisis de estas experiencias históricas, Fair encuentra una serie de contrastes y contradicciones, entre lo dicho y lo hecho por los gobiernos progresistas:

a) El contraste entre una prédica nacional-popular y anti-neoliberal y el despliegue de prácticas sociales y políticas públicas mercantilistas y neo-extractivistas, que profundizan la dependencia de las naciones periféricas e intensifican la concentración del ingreso y la centralización del capital.

b). El contraste entre una prédica de inclusión social y por otra parte la aplicación de políticas públicas desreguladoras, privatizadoras que promueven crecientes niveles de explotación y precarización de la mano de obra asalariada y preservan (y en ocasiones acentúan) altísimos índices de pobreza, inequidad social, informalidad laboral, marginalidad y exclusión social, en una línea de continuidad con el proyecto neoliberal.

c). El contraste entre una prédica en defensa de la solidaridad, la inclusión social, etc., y la persistencia de prácticas sociales y políticas que potencian la acumulación por desposesión y la degradación del medio ambiente, amplían la economía de mercado y la financiarización económica, naturalizan la competencia feroz, el individualismo egoísta y la maximización ilimitada del lucro privado.

d) El contraste entre una retórica de democratización social horizontal y gobierno para el pueblo explotado,  y la persistencia fáctica de prácticas burocráticas, personalistas, verticalistas y centralistas, basadas en la toma de decisiones desde arriba y con escasa democratización social.

Apuntes de cierre

💡 Estas contradicciones entre dicho y hechos, habrá que referirlas al gobierno obradorista en México y reflexionar hasta dónde no derivan de gobiernos que operan el el mismo sistema democrático que los obliga a convenir con la burguesía, al contrario de gobiernos que se forman a partir de movimientos armados como Cuba y China, que pueden someter a sus burguesías y dar prioridad en los hechos, sin mucho enredo, a políticas populares. En esto último el problema es el mercado internacional que obliga a adoptar políticas económicas de dudosa mixtura.

El autor finaliza con el señalamiento que en los movimientos sociales latinoamericanos se observa un deseo de socializar los medios de producción; pero se encuentra con la amarga realidad que las leyes de capital dominan en el mundo y que en esas circunstancias todo movimiento social se articula por las buenas o las malas a la lógica de reproducción del capital.

Por una parte, tensión que existe entre el deseo de incrementar al máximo posible los niveles de participación social y autogestión popular, horizontal, igualitaria y desde abajo; y por otra, lo inevitable de ciertos mecanismos de representación política y decisión vertical.

Finalmente Fair reconoce que existe una tensión entre movimientos sociales que luchan por la defensa de un sistema democrático basado en el principio de la igualdad, que en cierta forma contradice la necesidad de reconocer las diferencias y aceptar la pluralidad social.

Los movimientos sociales en México

Para terminar y apuntando hacia la cuadratura del círculo, me referiré a tres paradigmas del cambio revolucionario.Por ejemplo, Armando Bartra sostiene que los movimientos sociales rompen con la normalidad social y su orden, sus principales actores son vencidos, pero triunfan en la memoria de los pueblos, pues a la larga esa memoria se convierte en conciencia de cambio que gradualmente va introduciendo reformas sociales, económicas, políticas y legales que provocan una transformación no prevista que recuerda mucho a Norbert Elias.

Los ejemplos de movimientos populares o luchas revolucionarias derrotadas son muchos, abarcan una dimensión temporal que va desde Espartaco en la antigua Roma, hasta el movimiento mexicano «Yo soy 132», en los que es posible documentar sus derrotas o descomposición. La derrota parece ser la inevitable exigencia que reclama cualquier cambio social. ¿Cómo es posible comprender esta paradoja? Los movimientos populares son irrupciones en la normalidad de la vida social que provocan asombro, libera las tensiones del pensamiento pesimista de que nada cambia y propicia la celebración y la fiesta en medio de la lucha. Es una catarsis colectiva que llena de esperanza y felicidad. Los movimientos populares son una contingencia, un accidente, la emergencia de algo que no se pensó, pero que hace posible lo imposible. Es una experiencia desnuda en tanto pone al descubierto las debilidades de la democracia representativa, en nuestro caso.

A pesar de su fuerza y la energía esperanzadora que libera, los movimientos populares son muchas veces derrotados y sin embargo, eso marca su posibilidad transformadora. Armando Bartra afirma que lo anterior sólo se puede explicar por la permanencia de la memoria, no una memoria colectiva, sino una narrativa social que se va comunicando, una narrativa que evoca la esperanza, la alegría y la derrota del movimiento, una narrativa iluminadora que señala las debilidades de lo establecido, que muestra que una vez fue posible vivir de otra manera y que el retorno a la normalidad es sólo una apariencia.

Esa narrativa que se filtra en las comunicaciones cotidianas, termina por filtrarse con el tiempo en las comunicaciones de las instituciones del propio status quo. Bartra parece decir: la derrota no es mala, sólo muestra el precio que hay que pagar por el cambio social. Hay algo martirológico en el pensamiento de Bartra, algo de cristiano que ofrece su mejilla izquierda cuando se le golpea la derecha y podría ser que hasta algo de mesianismo narrativo: la buena nueva terminará por redimirnos. No estoy de acuerdo con esta visión de los movimientos sociales, aunque no descarto su utilidad en términos del discurso político insurgente. 

En el sentido de Bartra, el gobierno obradorista sería la fiesta previa a la derrota.

Pero ¿cómo explicar el triunfo de algunos movimientos populares? El triunfo sería quizá hasta pecaminoso para Bartra, pero no para Sergio Zermeño. Zermeño parte de establecer un hecho: la globalización está llevando a la unificación y el fortalecimiento de las ciencias sociales y, por tanto, de nuestra capacidad para entender y criticar la realidad; eso se acompaña del surgimiento de rincones de fuerza y de refugio, ante la crisis y la desintegración de las estructuras sociales.

Es verdad, dice Zermeño, que el sistema se colapsa, pero la caída es diferente: en las metrópolis capitalistas la caída es tan suave como inevitable; pero en regiones como México, la caída es brutalmente libre, newtoniana. Baste pensar en los miles de muertos que dejó la guerra contra el narco en los tiempos de Felipe Calderón, el desempleo atroz, las crisis de los sistemas educativos y de salud, entre otras consecuencias. Los miles de muertos que hasta ahora ha dejado la pandemia del Covid-19  y el acelerado empobrecimiento de los explotados; nuestra caída por lo visto, no tiene red de protección.

Mientras tanto, las voces de los optimistas o alienados afirman que, pese a todo, las «virtudes» y «beneficios» de la modernidad se extenderán por el mundo para ofrecernos un paraíso terrenal, a fuerza de voluntad y un comportamiento ético ya sea individual o colectivo. Ante lo expuesto hay al menos cuatro posturas:

La primera nos dice que Occidente logrará recomponer sus relaciones con sus periferias pobres y que finalmente los beneficios de la modernidad se impondrán en el mundo.

La segunda postura habla de una regresión generalizada de la modernidad que ataca a Europa personificada en el Islam, el Magred y la pobreza. Una regresión que en América hostiga a los Estados Unidos de Norteamérica desde el sur, que terminará desarticulando al coloso del norte.

Una tercera postura anuncia la polarización del mundo en la que los integrados construirán muros virtuales o reales, para contener la ola de miserables del sur que, en su desesperación por salvarse, intentarán encontrar refugio en las metrópolis pujantes del lo que quede del neoliberalismo. 

La otra es el cambio de hegemón, un nuevo imperio se gesta con China a la cabeza del proceso, esta postura no se le ocurrió a Zermeño, pero la tenemos en el horizonte y en la lógica de su discurso.

Esta visión apocalíptica sólo puede ser representada con menor o mayor crudeza en nuestra imaginación.

Para Zermeño lo anterior no invalida un hecho: la feroz explotación neoliberal nos está obligando a unirnos tanto en el actuar, como en la imaginación de un mundo mejor. Muchas de las acciones y propuestas para transformar a nuestra sociedad vienen del sur y la reacción de los guardianes del orden y de los intereses de los poderosos del mundo no se ha hecho esperar. Comienzan con acallar a aquellos que denuncian o muestran al desnudo lo que sucede en nuestras sociedades: los periodistas. 

Cientos de periodistas mueren en el mundo; sólo en México, el territorio nacional se ha convertido en el lugar más peligroso para practicar la sociología del día a día, es decir el periodismo, aún en la administración de López Obrador. 

Además de la represión abierta, existen dispositivos encubiertos, igual o más peligrosos. Hay una tendencia a eliminar o al menos a reducir el número de científicos sociales. En Japón el gobierno conminó a las universidades para abolir a las ciencias sociales en aras de disciplinas más «útiles» para el desarrollo social. En México, la matrícula de estudiantes de ciencias sociales y disciplinas humanísticas se ha reducido a la mitad. Es evidente que estamos ante una abierta ofensiva contra las ciencias de la sociedad. Se aprovechan de la aparente inutilidad de las ciencias sociales y en esto hay que reconocer que en la práctica, éstas hasta ahora no han sido eficaces.

Si bien es cierto, dice Zermeño, que las ciencias sociales no pueden reducirse a una profesión de campo como la medicina o las ingenierías, es urgente que se le dé prioridad a la aplicación de los saberes de aquellas en lugar se insistir en la comprensión de las rupturas del orden social. En otras palabras, hay que pasar de la idea de movimiento popular de confrontación, a la idea de reconstrucción social, en esto coincide con los resultados de H. Fair.

Sigue argumentando Zermeño que es necesario construir plataformas colectivas de continuidad y sedimentación de una verdadera participación, plataformas que requieren saber «bajar» los recursos públicos y evitar, cuando sea posible, la confrontación y pensar más en el fortalecimiento de las experiencias exitosas de cambio social como en Brasil, Uruguay, España o Italia. Se trata de abandonar las estrategias de transformación social continental o incluso mundial, por las más efectivas de regiones medias de treinta a 50 mil habitantes. La propuesta de Zermeño no se detiene demasiado en explicar las causas de los cambios sociales, parte de que la experiencia demuestra que son una realidad y que con el análisis de sus condiciones de posibilidad, es factible poner en práctica nuevas experiencias.

Podría decirse que la propuesta de Sergio Zermeño no se opone a la de Armando Bartra; por el contrario, argumenta que la vía de la derrota no es la única, también se puede llegar al cambio social por el viejo camino de lograr el triunfo de la causa. 

La conjugación de ambas propuestas sugiere que el cambio social es inevitable. Desde las antiguas tradiciones griegas, Heráclito afirmaba que sólo el cambio permanece, la inmovilidad es una ilusión. En efecto, las reflexiones que he reseñado, parecen indicar la inevitabilidad del cambio, pero ambas dejan pendiente el signo que orienta su evolución. 

 Al respecto John Holloway nos advierte sobre el peligro de que ese signo se deje sin definir, en ese detalle se esconde una radical intransigencia; hace dos advertencias que podrían ser las restricciones que se imponen a las propuestas de Bartra y de Zermeño: los movimientos rebeldes no son, pueden ser  parte del sistema.

En esta lucha por transformar a la sociedad, el agresor no son los gobiernos ni los ricos, es el capital cuando sustituye las relaciones humanas por otras donde el intermediario es el dinero.

Se plantea entonces la cuestión de cómo reconocer una ubicación “fuera del sistema” y dónde observar relaciones sociales no mediadas por el dinero. 

Quién hizo y sigue en ellos, un esfuerzo para establecer los límites de la Totalidad es Enrique Dussel quien fue capaz de formular su Política de la Liberación desde la Exterioridad que son los pobres.

En fin, que el tema da para mas y en esa tarea estoy empeñado. Espero que pronto pueda dar a conocer los avances de mi reflexión, que estas notas queden como un informe de que no duermo en mis laureles, si acaso los tuviera.

La 4T y el  Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación en Oaxaca


El 1º de diciembre de 2022 asumió el gobierno de Oaxaca el equipo que encabeza el Ing. Salomón Jara, obradorista comprometido con la llamada Cuarta Transformación. Ese mismo día convergieron: la movilización de los trabajadores de la educación de la Sección XXII del SNTE-CNTE y de quienes celebraban la toma de protesta del nuevo gobierno.

El Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO) que impulsa la mencionada Sección XXII, también estrena dirigencia y ha formulado, al menos de forma general, hacía qué objetivos apunta su movilización de aquel día, asunto que exige un cuidadoso análisis en tanto es definitorio no solo del nivel de gobernabilidad que pueden mantener el nuevo gobierno de Oaxaca, sino el derrotero de la política educativa y sus consecuencias. 

Para aproximarme al análisis, tomaré como fuente el “Documento Orientador del XII PreCongreso Democrático de la Sección XXII”, elaborado por la Secretaría de Orientación Política e Ideológica y el Centro de Estudios Político y Sindicales de la propia Sección XXII.

Los enemigos de clase y el contexto político

De acuerdo con los autores del documento referido, los pendientes del gobierno de la 4T reflejan su carácter neoliberal en tanto dificulta la respuesta a problemas sentidos por el pueblo como: la corrupcioìn, la desaparicioìn de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la reforma educativa y el régimen de excepción laboral, la seguridad y el colapso del sistema de salud. Por otra parte, con el discurso de democratizar los sindicatos pretende pulverizarlos sin dejar de mencionar la reforma de seguridad que pretende militarizar el país. El gobierno de este sexenio que ha tomado posesión y que se autodenomina “La Primavera Oaxaquña”, ha pactado la impunidad con el viejo José  Murat, padre del gobernador saliente. Para la Sección XXII la llegada de este nuevo gobierno pone al movimiento en un estado de alerta, ya que desde su campaña electoral el gobernador Salomón Jara ha demeritado y denostado el papel del maestro oaxaqueño y al MDTEO en su conjunto, haciéndolos responsables del rezago educativo del estado, sin reconocer la responsabilidad del gobierno de garantizar el correcto funcionamiento de las más de 14 mil escuelas públicas del estado.

En su análisis, los autores pierden de vista que el «neoliberal» presidente Andrés Manuel López Obrador, cuenta con un enorme apoyo popular y una excepcional habilidad para movilizar a sus seguidores en función de sus objetivos tácticos y estratégicos. Esta omisión de la relativa debilidad del MDTEO ante el obradorismo, se intenta corregir tímidamente en otros temas de análisis.

El MDTEO y los movimientos sociales

Durante la historia de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE),  la constante, se afirma en el documento, ha sido la resistencia contra la afectación de los derechos laborales y la educación. En 2018 el gobierno federal  entrante reconoció a la CNTE como interlocutor, tanto así que se realizaron 19 encuentros con el presidente López Obrador y se establecieron siete mesas temáticas que hasta ahora no han entregado un informe de avances.

Una consecuencia importante que se deriva de los resultados del diálogo con el gobierno federal obradorista, es la necesidad de construir una estructura nacional de poder alternativo. Lo anterior es además necesario porque consideran que AMLO aplica una política de contención de la movilización política popular con el argumento de que está resolviendo los problemas de los mas pobres y de los maestros. AMLO, afirman los autores, señala al MDTEO como una organización pequeño burguesa de asalariados del Estado; lo que en la estrategia obradorista, permitiría distinguir,  separa, al MDTEO del pueblo y sus intereses.

En lo que toca al tema específico de la estrategia de negociación del MDTEO, el documento destaca que ésta cambió a partir del «decretazo» del 2015. En ese sentido, la experiencia reciente en los encuentros con el gobierno obradorista, permite consluir que el movimiento se encuentra en una situación  paradójica: por una parte tiene acceso al más alto nivel de negociación, pero es cuando menos resultados ha logrado. Otro efecto es la fractura del movimiento social, ya que algunas organizaciones sociales se integraron, sin condiciones, al gobierno de López Obrador. Lo que le plantea un reto al MDTEO en su política de alianzas.

El sistema de protesta: lo estatutario y lo metaestatutario en el MDTEO

La reforma laboral solo reconoce la comisión de 21 dirigentes seccionales para el desempeño de sus funciones; pero la dirigencia del MDTEO se sustenta en: 156 comisionados distribuidos de la siguiente manera: 21 titulares de las secretarías de orden general con 34 auxiliares (recuperando un auxiliar de niveles especiales en PRETEO y uno en escalafón del grupo IV de PAAE), 13 titulares de las secretarías de trabajos y conflictos de los niveles educativos y sus 33 auxiliares; 7 auxiliares de organización (1 por regioìn), 37 representantes regionales de sector, 1 titular de la Secretaría de Jubilados y Pensionados y sus 3 auxiliares, así como 7 integrantes de la CETEO.

Ante lo que implica la reforma laboral el MDTEO exige el respeto irrestricto y la vigencia de las formas, mecanismos y procedimientos (usos y costumbres del MDTEO) apegándose a los principios rectores en el desarrollo de todas las etapas y fases del relevo seccional. Para conseguir la continuidad de lo anterior, el documento señala que es necesario mas que discutir exigir la cobertura administrativa- laboral, económica y sindical de los actuales integrantes de la dirigencia Seccional, ya que existe una reforma laboral de 2019; en otras palabras, exigir la triple presupuestal: mantener su plaza de origen, tener un bono por su comisión sindical y contratar a quien cubra las vacantes que dejarán los 156 dirigentes; pero sobre todo los 21 del comité seccional.

Los autores del documento señalan la apatiìa y la irresponsabilidad de los Comités Delegacionales y los Centros de Trabajo Sindical, hecho que provoca que se repita el fenómeno en la Asamblea Estatal; porque aun cuando en algunas ocasiones suspenden las labores para realizar dichas Asambleas no alcanzan el quórum legal, por lo tanto, señalan los autores, desde las escuelas es necesario que se discutan propuestas que propicien la discusión y el debate para llevarlas a las Asambleas Delegacionales con el fin de fortalecer al movimiento; esto podría ser revivir a los comités de lucha. El problema es que los comités de lucha no tendrían el componente humano de 1980, y por otra parte, la supuesta irresponsabilidad de las delegaciones sindicales y centros de trabajo, tiene que ver con el abandono en el que se les dejo durante todo el período de la llamada «Resistencia», que comenzó en el 2015.

Educación alternativa y políticas neoliberales. La ley estatal de educación

Desde el Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) el MDTEO reivindicó la educación pública desde la perspectiva de tomar como eje la vida comunitaria de los pueblos originarios y el pensamiento crítico, al considerar la diversidad como uno de los ejes fundamentales de una educación emancipadora cuyos instrumentos son los 3 programas y 2 sistemas, y el colectivo proyecto como la unidad dialógica, motor y corazón del PTEO. Por su parte, la propuesta obradorista, con su programa Nueva Escuela Mexicana, disfraza las competencias con el término “saberes”, pero en esencia mantiene los contenidos del currículum neoliberal.

No obstante que el PTEO sigue vigente, el movimiento pedagógico del movimiento se ha quedado en el discurso, toda vez que la Ley Estatal de Educación que se construyó en los 37 foros sectoriales, basados en el PTEO, no pudo concretarse por el «entreguismo» de Gabino Cué al gobierno federal de entonces. En el 2019 la asamblea estatal mandató al equipo interdisciplinario para trabajar una propuesta de Ley que recupere la iniciativa de los 37 foros, en vista de que el actual texto del  artículo 3ro Constitucional, contempla los proyectos y programas educativos regionales, lo cual le da mayor pertinencia a lo que le fue mandatado  es por ello que  el equipo interdisciplinario elabora, esto es, la iniciativa de Ley Estatal de Educación donde se contemple al PTEO como el proyecto educativo regional para el estado de Oaxaca. Cabe mencionar que hasta la fecha no ha sido armonizadoa la ley estatal de educación ya que sigue vigente la ley estatal que impusieron Gabino Cué y el entonces presidente Enrique Peña Nieto (EPN) y  consecuente «decretazo» del 2015. Por lo tanto, la aprobación de esta nueva ley estatal de educación  deberá ser una exigencia que se le plantee al nuevo gobierno estatal.

La agenda política de la nueva dirigencia

La reforma laboral vigente le exige al MDTEO, que para el reconocimiento legal de la dirigencia seccional sean emitidas dos convocatorias, el registro de una planilla única, la simulación de la votación (urnas y votos), la toma de protesta y la entrega de la toma de nota.

Para poder cubrir este proceso sin violar los acuerdos del XII precongreso democrático, ni los principios rectores del MDTEO, se han tomado previsiones en la asamblea estatal temática realizada el 24 de septiembre de 2022 que en su acuerdo 46 mandata a la Comisión Política y a la Comisión de Seguimiento y Concreción para el Relevo Seccional, exigir a los «charros» del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) la convocatoria para el relevo seccional.

Una vez publicada la convocatoria oficial, los «charros» deben reconocer a los representantes que el Movimiento determine, para que con ellos se integre el Comité Seccional Electoral, que será el responsable de integrar la documentacioìn que garantice el proceso; por último, para el reconocimiento legal de la nueva dirigencia sindical, los «charros» del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE se comprometan a dejar la definición y organización al MDTEO, en la estrategia y los tiempos que se resuelva en los espacios de direccioìn y toma de decisiones del Movimiento, para garantizar la toma de nota. 

Para el MDTEO formular el plan de acción para lograr lo anterior es una tarea urgente, al igual que trazar la ruta jurídica para la negociación de todas las prerrogativas sindicales que garantizaban: un sustituto de cada comisionado (ya que no existe actualmente la vacancia), la clave adicional (para realizar las actividades propias de la función) y la compensación por comisioìn sindical que garantiza la estabilidad económica, como ya señalé arriba.

Sobre el pliego petitorio 2022

El pliego petitorio es un instrumento táctico en la lucha del MDTEO, de su adecuado equilibrio, factibilidad y capacidad de movilización depende el fortalecimiento creciente de la dirigencia y su capacidad de convocatoria. Entre las demandas centrales que se mencionan en el documento que analizo están:

La abrogación del régimen de excepción laboral que se aplica a través de los inconstitucionales lineamientos, reglamentos y programas de la Unidad de Sistema para la Carrera de los Maestros y Maestras (USICAMM) que estableció la actual Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros.

La abrogación de la ley del ISSSTE para regresar al régimen de una jubilación digna y solidaria; la eliminación del pago de pensiones en UMA para recuperar el pago en salarios mínimos.

Una Ley Estatal de Educación conforme al contexto local y regional que deje sin efecto la Ley actual, que es producto de la reforma de EPN y con ello exigir la Abrogación del Decretazo del 2015.

El proyecto-colectivo será la base para el diseño curricular acorde al contexto; de igual forma se debe obligar al gobierno Estatal a cumplir con la construcción, reconstrucción y ampliación de aulas conforme a las necesidades de las comunidades, la dotación de útiles escolares, material didáctico, desayunos, mayor presupuesto a los albergues, implementación de las cocinas comunitarias, dotación de uniformes y calzados de mayor calidad, un presupuesto estatal para las becas de los alumnos de escasos recursos de nuestras escuelas públicas.

Justicia para las víctimas del 2006, de Asunción Nochixtlán y Hacienda Blanca en 2016. Satisfacción de las necesidades que existen entre los trabajadores de la educación y sus familias como derechohabientes del ISSSTE.

Aumento salarial superior a la inflación, la carestía de la vida y el impacto de la crisis económica; se exige la revalorización económica, rezonificación por vida cara, el incremento al monto de los diversos estímulos a los trabajadores de la educación y la creación de fideicomisos para cooperativas y caja de ahorros solidarios.

Retomar los procesos de ascenso, promoción y contratacioìn, exigir al patrón la creación de un instituto para la formación, profesionalización y capacitación a los trabajadores de educación y la demanda de un programa estatal de reconocimiento a la labor docente.

Basificación de plazas-horas, entrega de formato único, hoja única de baja, órdenes de adscripción, reubicación de pagos y trámites que después del «decretazo» se agudizaron y que aún no se resuelven, por lo que el MDTEO exige la abrogacioìn del «decretazo» del 2015 y el restablecimiento formal de la bilateralidad con el gobierno del estado para definir el papel del MDTEO en el Sistema Educativo Estatal.

Comentarios finales

Este panorama general bien podría ser el marco para observar el despliegue de la táctica y estrategia del MDTEO para el período 2023-2024. Lo hasta aquí descrito, bien podría cambiar para precisarse, pero creo que difícilmente se eliminará del balance que el propio MDTEO hace de sí mismo.

En una próxima entrega analizaré algunos aspectos con constituyen los «puntos ciegos» del MDTEO y que resultan por demás importantes; también abordaré el análisis del margen de acción del nuevo gobierno del estado y los errores que sus funcionarios podrían cometer durante la construcción de su curva de aprendizaje.