Juventud desvalida

Samuel García Sepúlveda fue hasta hace poco el gobernador de un estado importante en México: Nuevo León, hoy es su gobernador en suspenso.

La población de ese estado tenía fama de una cultura del esfuerzo, del trabajo y de la productividad, todo muy al estilo norteamericano; pero así como asimilaron las dudosas virtudes de éstos, los norteños mexicanos parece que también anularon su sentido común e inteligencia.

Los ciudadanos de Nuevo León eligieron como gobernador a un joven empresario  (casado con una influencer) con una preparación avalada con varios doctorados, lo que corrobora que ese grado académico ya no acredita, ni capacidad ni  agudeza en el pensar.

El ahora gobernador en suspenso de Nuevo León ha puesto en riesgo la gobernabilidad del estado norteño y provocó un conflicto que ahora aprovechan los del PRI y el PAN en el congreso local para disputar la gobernatura al partido Movimiento Ciudadano.

Cuando miro los desplantes en redes sociales del exgobernador y su famosa esposa, pierdo la fe en la juventud norteña; el arielismo ha muerto, José Enrique Rodó, José Vasconcelos y Enrique Dussel deben estar retorciéndose en sus tumbas.

Me sorprende el grado de estupidez, de palabras y conductas vanas que gusta practicar un sector de jóvenes que se deslumbrar con cosas como el «Fosfo-Fosfo» de unas zapatillas deportivas, o considera desgracia perder unas chanclas, pero mas me asusta que lleguen a los altos cargos políticos con el voto de una mayoría manipulada.En Oaxaca no estamos lejos de eso, pero en otro contexto.

Me enteré del caso de Javier Milei y me atreví a llamar a un amigo argentino para que me ayudara a entender cómo un país tan culto, pudo elegir a un payaso loco como presidente. Ahora lo veo en Nuevo León y tampoco lo entiendo.

Que todo lo anterior tenga como telón de fondo los golpes bajos con miras a las próximas elecciones presidencial del 2024, no explica los niveles de imbecilidad observable, y no lo digo por lo que sucede ahora en el gobierno de Nuevo León, sino por el tipo de sujetos que hoy acceden al poder. Estamos mal y vamos a empeorar si no le ponemos atención a la educación de los jóvenes.

Esta es la explicación que me doy: vemos a una juventud engañada por una falsa ética de lo útil aderezada con un individualismo zombi, una sociedad donde la comunicación no ofrece información sino una realidad a modo para que la inteligencia se suicide con palabras sin sentido, ni fundamento alguno en la vida que transcurre fuera de las redes sociales o los medios de comunicación corporativos.

Los medios y las llamadas redes sociales deben reglamentarse para que su uso sirva al proceso de humanización de nuestra especie, para vivir con pleno sentido de comunidad, que a su vez requiere de una libertad individual cuya condición de posibilidad es la solidaridad con los demás; comunidad donde las emociones no son emoticones sino aquello que florece en nosotros al interactuar cara a cara. Además lo estético debe regresar a nuestras vidas para poder despreciar lo chabacano, porque al final de cuentas somos Homo Poeta, como lo afirmó Ernest Becker, cuya creatividad humana que se despliega en nuestras costumbres y tradiciones saturadas de belleza y fervor comunitario.

No será fácil regresar a la senda perdida, pero hay que intentarlo. Por lo pronto lamento informarles que los valores de nuestra cultura nacional agonizan, y les advierto que hoy habrá venta de barata nocturna enajenante y fosfo-fosfo; no salgan, no sea que con las prisas pierdan sus chanclas.