GASOLINAZO Y PROTESTA SOCIAL.


Este ensayo breve, presenta mi añeja inquietud por la esterilidad de los movimientos sociales. He dedicado un buen tiempo de estudio al fenómeno de la Sección 22 del SNTE, porque veo en su caso el ejemplo de un movimiento sindical que pudo haber sido algo más y no lo fue: fue esterilizado por su propia dinámica interna.

En mi opinión, existen factores internos a los movimientos sociales que los esterilizan, en el caso de la S22, su formidable capacidad de resistencias fue al mismo tiempo el factor principal de su descomposición.

En las actuales condiciones del país, en las que el capitalismo salvaje intenta arrasarlo todo, el movimiento de resistencia ciudadana puede decidir nuestro futuro, alertar sobre los peligros que acechan  a la protesta social desde adentro, es algo que considero necesario.

Este pequeño ensayo se divide en tres partes publicadas originalmente en http://www.oaxpress.info/category/columnas/coordenada-21/ ), en la primera se describe lo que llamo las implicaciones del analizador como denomino al gasolinazo del primero de enero; la segunda parte describe las particularidades destacables de la protesta social en general, pero sobre todo en Oaxaca y por último en la tercera, se habla de la Sección 22 en cuanto a su potencialidad y al mismo tiempo del riesgo que significa para un movimiento social que pretenda transformar a México.

El analizador.

El gasolinazo además de golpear la economía familiar, ha funcionado como analizador, es decir, como un dispositivo que provoca que sean visibles algunos aspectos, generalmente ocultos, de la sociedad como lo define el socioanálisis (G. Lapassade, R. Loureau). Al respecto, aquellos aspectos puestos al descubierto que me interesan, no se refieren tanto al Estado mexicano y su articulación con el capitalismo actuante, como a las expresiones de protesta contra el gasolinazo.

El análisis de la protesta social desatada por efecto del gasolinazo, es de interés porque permite apreciar la capacidad de los mexicanos para frenar la embestida del capitalismo salvaje contra la población y orientar la resistencia popular por vías que la fortalezcan y eviten, hasta donde es posible, que caiga en la trampa del “infantilismo”, los oportunistas o provocadores, que al final responden al juego de los grupos de interés que desmantelan hoy al país y quieren someterlo a un saqueo despiadado.

Dejaremos para después el estudio de la relación entre el Estado mexicano y su relación con la dinámica del capitalismo, que pasa por el análisis de los vínculos entre las élites políticas y los grupos poderosos del mundo financiero.

Hoy la clase política mexicana sufrió un golpe al cambiar de manos el timón de la política norteamericana. El grupo que tradicionalmente apoyaba la vía del capitalismo global y su versión neoliberal de la economía, fue derrotado en las pasadas elecciones en los Estados Unidos. Donald Trump no es mejor que los anteriores líderes de aquel país, representa otra visión de cómo continuar el desarrollo capitalista a partir de reconstituir, en las metrópolis, las bases sociales que le dan legitimidad al Estado Nación desde las “mayorías”, para lo cual requiere de un enemigo visible y en el caso de EE.UU., el seleccionado para representar el papel de villano fue México.

La puerta del triunfo de Trump le prensó los dedos a la clase política mexicana y no sabe cómo salir del atolladero; pero todo esto será motivo de otro análisis.

Para entrar en materia, con todas las limitaciones que tiene tratar estos temas complejos en un artículo pensado para la prensa, iniciaré con una breve introducción.

El incremento en los precios de las gasolinas comenzó a surtir efectos a partir del 1 de enero de 2017; los aumentos van del 14 al 20%, porcentajes que varían en las 90 regiones en que se dividió al país. El 3 de febrero volverán a incrementar los precios y a partir del 18 de febrero la variación será diaria, es decir, bajo las condiciones de un supuesto “libre mercado” de las gasolinas, que desde luego no existe como tal.

Los analistas estiman que los precios de las gasolinas se incrementarán en la medida en que se devalúe el peso frente al dólar y se incremente el precio del petróleo crudo; en otras palabras, el precio de las gasolinas podría incrementarse más allá de lo tolerable, con repercusiones muy serias para la economía de las empresas y las familias mexicanas.

El incremento de enero, los aumentos subsecuentes y el cúmulo de agravios sufridos, provocó una respuesta espontánea de la población en algunos estados de la república, que después fue aprovechada por grupos interesados en sacar raja de la situación.

En un artículo anterior ( https://samaelhernandezruiz.wordpress.com/2017/01/06/gasolinazo-politica-y-verdad/), comenté que la causa del descontento popular y de la reacción violenta en algunos casos, se debe más a los agravios acumulados que al propio gasolinazo, en otras palabras, se debe más a los engaños de que hemos sido víctimas por las falsedades de la clase política, que por el aumento en el precio de las gasolinas.

Propuse que el poder ejecutivo presentara un informe ante el congreso, de la situación del país, específicamente sobre el tema del petróleo y las gasolinas con apego a la verdad, y que después de una amplia difusión, discusión, y no más aumentos en los precios de las gasolinas, se tomaran decisiones en beneficio de la mayoría. Esperar que eso se hiciera no iba más allá de un deseo pueril, o una carta a los Reyes, me decía un lector, y en efecto lo era; pero tenía que definir mi posición.

En vista de que el esperado informe no se presentó y las cosas siguen como si nada hubiera ocurrido, le presento al lector mi versión de los hechos:

El tema de la gasolina y los gasolinazos tienen dos niveles de problematización: el cortoplacista y superficial; y el estratégico y profundo.

En el primer nivel de problematización que es al que se circunscribe el gobierno federal y la mayoría de los medios de comunicación, se afirma que el incremento de los precios de las gasolinas obedece a que aumentó el precio del petróleo y se devaluó el peso.

Ante dicha situación había varias opciones: el gobierno incrementaba la deuda pública, hacía recortes al presupuesto de egresos o aumentaba los precios de las gasolinas y los sometía a la “regulación del mercado”. Al final, la respuesta a la pregunta o ¿Usted qué haría?, fue aumentar los precios de los combustibles, con repercusiones en el futuro que lamentaremos, incluyendo, desde luego el posible desbordamiento de la protesta social.

En este nivel de problematización, no se nos dice lo siguiente:

En México se dio gradualmente un incremento en la demanda de gasolinas, debido, entre otras cosas al incremento en el número de vehículos que circulan, y no me refiero solo a los automóviles privados, sino a todo tipo de vehículos de transporte, sobre todo los que se utilizan para el comercio y la industria.

La producción de gasolinas no creció a la par que la demanda, es decir PEMEX no produjo más gasolina para igualar la demanda; por lo que el gobierno se vió en la necesidad de importar gasolina hasta llegar a más del 60% del total de gasolina que se consume en el país; y aquí vienen los problemas.

La capacidad de almacenamiento de PEMEX, así como su capacidad de distribución y venta de toda la gasolina, fue superada por el volumen de gasolina que se importaba más la que se producía en el país (consultar: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/07/18/1105599. )

Ninguno de los empresarios que venden gasolina quiso construir más gasolineras y mucho menos entrar al negocio de almacenamiento y transportación de gasolina, porque el margen de utilidad no era atractivo. El gobierno no hizo la inversión necesaria alegando que no tiene dinero (Carlos Alberto Córdova. La pesadilla mexicana se vuelve tragedia. Revista Proceso No 2096 de enero 1 de 2017).

El incremento a los precios de las gasolinas se hizo para hacer más atractivo el negocio de su almacenamiento, transportación y venta. El aumento de los precios internacionales del petróleo y la caída del peso frente al dólar son sólo parte del problema, la realidad es que el incremento de los precios de las gasolinas se hizo para hacer de la venta del combustible un negocio más rentable.

El nivel de problematización estratégico comienza con la pregunta ¿por qué no producimos gasolina suficiente?

La respuesta inmediata es: porque resulta más barato comprarla que producirla. Este razonamiento lo hizo y “justificó” la Auditoría Superior de la Federación” en una de sus observaciones que fue tomada como pretexto para justificar el no incrementar la producción de la gasolina ( consultar: Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2011 y http://www.elfinanciero.com.mx/economia/mas-barato-importar-que-producir-gasolina.html ).

En efecto, ciertas condiciones de la economía del país, resulta más barato comprar gasolina en el exterior que producirla; pero ¿por qué? Bueno, la respuesta es porque PEMEX no es productivo en ese aspecto. Pero ¿por qué PEMEX no es productivo en la producción de gasolinas? Porque no tiene suficientes recursos para investigación y desarrollo. ¿Y por qué no tiene suficientes recursos para investigación y desarrollo? Porque la Secretará de Hacienda le quita la mayor parte de las utilidades que deberían reinvertirse en infraestructura, investigación y desarrollo.  ¿Y por qué la Secretaría de Hacienda le quita sus recursos a PEMEX dejando que la principal empresa del país se derrumbe? Porque de eso se trata, de hacer de México un país cada vez más dependiente del exterior.

Como PEMEX no desarrolla tecnología para abaratar la producción de gasolina, resulta mejor comprarla en el exterior. ¿A quiénes les compramos la gasolina?  A: EU, Países Bajos, España, India, Bahamas, Antillas Neerlandesas, Francia y Trinidad y Tobago. Excepto Estados Unidos, ninguno de los otros es un país petrolero; nosotros sí lo somos, pero ¡no producimos nuestra gasolina!

A lo anterior hay que agregar que, con la reforma energética hemos perdido nuestro petróleo, literalmente hemos perdido un mar de petróleo en el Golfo, mismo que pronto dejará de ser de México para ser el Golfo de América, ¡God bless America!

Hasta aquí mi sucinto informe sobre el tema de la gasolina. Como puede darse cuenta el lector, que todo lo que aquí he dicho, obra en publicaciones de la prensa diaria en diferentes momentos, información que al leerla por separado es muy técnica, aburrida y sin interés aparente; pero cuando se lee de conjunto y a la luz de un problema específico, adquiere un sentido y una importancia diferente.

Los políticos se aprovechan de que los ciudadanos no leen las secciones de economía de la prensa, ni se ocupan de informarse en fuentes científicas y confiables acerca de tecnología y desarrollo; por el contrario, los ciudadanos viven confiados en que sus representantes en el gobierno velarán por sus intereses, lo cual, por lo visto, es un grave error.

La protesta social y sus particularidades.

La reacción de la población ante el gasolinazo fue espontánea y cargada de enojo e indignación. De acuerdo con los reportes disponibles, fueron 28 estados donde ocurrieron protestas: Chihuahua, Morelos, estado de México, Guanajuato, Veracruz, Coahuila, Nuevo León, Colima, San Luis Potosí, Quintana Roo, Puebla, Sinaloa, Guerrero, Jalisco, Hidalgo, Zacatecas, Tamaulipas, Chiapas, Michoacán, Campeche, Sonora, Tlaxcala, Durango, Oaxaca, Yucatán, Nayarit, Tabasco y Baja California.

En todos esos lugares la protesta fue por lo general limitada a pequeños grupos, que van de cincuenta a ciento cincuenta personas, en pocos lugares participaron más de doscientas personas.

En cuanto a quiénes se manifestaron, los reportes de la prensa señalan a ciudadanos comunes, estudiantes, transportistas, empresarios, militantes de partidos políticos y amas de casa. Las acciones incluyeron marchas, bloqueos de carreteras, cierre de oficinas públicas, bloqueos a gasolineras, bloqueos a centros comerciales y en algunos casos, saqueos a tiendas.

El saldo de la protesta en un primer corte es de: cinco muertos (incluyendo a un policía), 1,461 detenidos, 1050 saqueos, 20 mil comercios cerrados y 2.4 millones de dólares de pérdidas por ventas no realizadas. Cabe señalar que la mayoría de las protestas se dieron en la ciudad capital y en el Estado de México (http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38538379 ).

Los columnistas en los medios de comunicación han interpretado de muy diversas maneras lo que hoy ocurre: algunos lo atribuyen a una acción del propio Estado para deslegitimar la protesta, reprimir y después reestablecer la «normalidad» con la aceptación del gasolinazo; otros hablan de un enojo de la población contra el gobierno, por el cúmulo de falsedades, corrupción y políticas impopulares que le atribuyen; otros más, combinan ambas versiones, pero muy pocos analizan con detalle aspectos importantes de la protesta.

En la primera parte de este texto, decía que el gasolinazo ha operado como analizador de la situación política, económica y social de México y cuando digo esto, me refiero a que permite observar aspectos que por lo general no se muestran en nuestro país, por ejemplo: la toma clasista de posiciones.

Quienes apoyan la medida del gobierno federal lo hacen sabiendo que va en contra de las posibilidades económicas de la clase media, los pobres y los extremadamente pobres. Hasta mediados del siglo XX, las clases sociales eran una categoría de análisis que se asumía con la idea de su flexibilidad, es decir, que, bajo ciertas condiciones, cualquiera podría transitar de una clase a otra. No obstante, hoy la división de clases se asume más como un conjunto de castas de las cuales es imposible escapar.

Sólo hay que ver el Informe sobre movilidad social en México del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, al que de ningún modo se puede acusar de revolucionario (http://www.ceey.org.mx/investigacion/Movilidad%20Social/Sobre%20Movilidad%20Social). En efecto, el informe muestra que es mayor la probabilidad de que un pobre o clase mediero descienda a un estrato social inferior, a que ascienda a uno superior; lo que no sucede con el estrato más alto que es inamovible, los viejos ninis: ni suben, ni bajan.

Quizás por eso la clase media está asustada, si baja a la categoría de pobre, será muy difícil salir de allí, los pobres que bajan a ser pobres extremos están condenados de por vida. Las medidas neoliberales como el gasolinazo, fortalecen la exclusión social del sistema económico, hecho que se manifiesta como un adelgazamiento de la clase media y un incremento en el número de pobres y pobres en extremo. La exclusión del sistema económico, trae una exclusión en cadena de los sistemas de seguridad social, el educativo, el cultural y el sistema de derecho, quedan sólo en pie las ofertas del sistema religioso, la familia y el crimen organizado.

Cuando la historia de vida de los sujetos los lleva al vicio extremo, el consumo de drogas o el alcoholismo, la exclusión es casi total; dicha exclusión comprende ya al sistema religioso, a la familia, de modo que ni el crimen organizado incorpora a los viciosos perdidos.

Se discute hoy si puede darse la exclusión social total (Giancarlo Casuso:http://dianoia.filosoficas.unam.mx/files/6114/6473/6737/dian76_casuso.pdf ), en mi opinión eso implicaría la imposibilidad de que la persona pueda comunicarse para hacerse invisible o sólo visible como cuerpo. Esto último me hizo reflexionar acerca de cómo las enfermedades terminales y la drogadicción o el alcoholismo extremos, pueden llevar a una condición de exclusión casi total, sin que la persona pierda su capacidad de comunicación y en cambio pueda ser observado sólo como cuerpo. Ni siquiera la pobreza extrema lleva a esta condición, sólo la pobreza extrema combinada con la drogadicción o el alcoholismo, también extremos, lo puede hacer.

Para evitar caer en la pobreza, la pobreza extrema o en la exclusión total, las sociedades modernas acuñaron el concepto de derechos humanos, que son aquellos límites que le permiten a un individuo ser persona y por tanto ser «elegible» por los sistemas funcionales del capitalismo. Los sistemas límite, son aquellos que las políticas sociales producen en los países capitalistas y que se describen como políticas de «combate a la pobreza». En México, estas políticas de combate a la pobreza han sido suspendidas en los últimos tres años. Si las cosas continúan como hasta ahora, en el país no existirán los llamados sistemas límite, y la caída en la pobreza extrema o en la exclusión total, será inevitable para la mayoría.

Por eso la pregunta de ¿quién define la crisis en una sociedad? es central en el efecto analizador del gasolinazo. Quienes utilizan los indicadores macroeconómicos para demostrar que no hay crisis y que su mención es sólo producto de la imaginación de quienes desean desestabilizar al país, se ubican del lado de los estratos sociales altos. Quienes manifiestan su miedo y su ira para intentar no caer en un proceso de exclusión social en cadena, están en el otro extremo.

No niego que existan oportunistas que, desde los partidos políticos más grandes como el PAN, el PRD o MORENA, quieren aprovechar la crisis para ganar votos en el 2018, como si eso resolviera la situación. En el PRI la situación es diferente; hay quienes defienden al presidente de la república y hay quienes, sin decirlo, no están de acuerdo con las decisiones que tomó.

Hay otro tipo de posiciones, las de las organizaciones clientelares que me interesa observar.  Carlos Hoevel y Aldo Mascareño definen a una red clientelar como una organización basada en un sistema de reciprocidades y no de derechos universales; en estas redes, el líder o patrón, pone a disposición de sus seguidores protección y ciertos rendimientos sociales, mientras que los seguidores responden con ciertas «contra-prestaciones» y sobre todo, formas de lealtad que devienen en identidad.

Este tipo de redes se puede observar en Oaxaca en el caso de las organizaciones de tianguistas, de mototaxistas, transportistas de materiales, taxis foráneos, algunas de las llamadas organizaciones sociales e incluso, algunos partidos políticos que han desarrollado sistemas clientelares para sus fines electorales y de control político. En todo caso, las redes clientelares son la respuesta construida a partir de la necesidad de la población de no caer en la exclusión social en cadena.

El problema con las organizaciones clientelares es que le dan prioridad a la demanda de sus clientelas a la que ponen por encima de los derechos constitucionales o de la demanda de la mayoría de la población. Lo anterior no significa que las organizaciones clientelares no hagan eco de las demandas sociales como el alto los gasolinazos; si no que están dispuestas a negociar primero sus privilegios, aunque ello implique abandonar la lucha por las demandas de la mayoría de la población.

Lo anterior representa un peligro a la hora en que los sistemas de protesta, que derivan de la situación de los agravios sociales y el gasolinazo, buscan aliados o identifican a las organizaciones clientelares como una posibilidad de incrementar la base social de la protesta. Por lo regular, las organizaciones clientelares abandonan la escena de la protesta una vez que las demandas de sus clientelas son satisfechas.

Al parecer la tranquilidad en Oaxaca, responde a la lógica de negociación entre el gobierno y la red clientelar en el estado, pero puede haber factores que alteren esta situación y desencadenen una crisis política, uno de esos factores es la Sección XXII del SNTE.

La Sección 22.

La Sección 22 (S22) del SNTE no es un grupo clientelar, aunque presenta algunos rasgos similares. La S22 es una organización gremial, un sindicato y una de las diferencias con respecto a los grupos u organizaciones clientelares, es como regula su membresía.

Las organizaciones clientelares son «permeables» al entorno en cuanto a su membresía, el incremento de la misma depende de la afluencia de personas y de la aceptación de los elementos de identidad y lealtad al líder; la Sección 22 depende de que el gobierno contrate personal para poder acrecentar su membresía y por lo tanto su poder. Del movimiento de 1980 cuando eran aproximadamente 32 mil trabajadores, han pasado a 81 mil en 2016, es decir, un incremento en 36 años de 153.12%, 4.25% de crecimiento promedio anual. Una de las causas de la fuerza de la S22 reside en su capacidad de obligar al gobierno a suministrarle membresía.

El incremento de la membresía de la Sección 22, no responde necesariamente a las necesidades del servicio de educación pública en Oaxaca, hay además otros factores que explican ese crecimiento.

El primer factor son los egresados de las escuelas normales. Con todo y que el gobierno federal ha disminuido la matrícula de esas escuelas y controlado al exceso la inscripción a ellas, la falta de opciones de empleo en la entidad, la posibilidad que las familias pobres y de clase media baja, cuenten con un profesionista entre ellos, la seguridad de un ingreso seguro o incluso un empleo «transferible» por generaciones, es una presión social que reciben las escuelas normales y que transmiten al IEEPO por la vía de sus egresados, mismos que exigen la contratación automática. A pesar de los esfuerzos que se han hecho en Oaxaca, sobre todo durante el período 2000-2004, la contratación automática de los egresados de normales no se ha podido armonizar con las necesidades del servicio, ni se ha podido recuperar a esas escuelas del grave deterioro académico en el que han caído, en mucho a causa del abandono en el que se les tiene.

El otro factor, más asociado con el funcionamiento de la Sección 22, es la venta de plazas y contrataciones a los aspirantes a ingresar al servicio educativo. Una multitud de profesionistas desempleados o subempleados deambulan por las inmediaciones del IEEPO buscando la oportunidad de conseguir una plaza docente o como personal de apoyo y asistencia a la educación (PAAE); junto a ellos, padres desesperados porque el hijo que no estudió, tenga la oportunidad de un trabajo seguro; madres solteras que buscan con desesperación la manera de sostenerse y sostener a su prole; padres autoritarios y con posibilidades económicas que quieren comprarle una plaza al hijo descarriado para que, al ser maestro, no deje tan mal parada a la familia ante la sociedad; desde luego, nadie piensa en educar a las nuevas generaciones. En este torbellino de exigencias, solicitudes y ruegos, se pide dinero, sexo o algún otro favor para que la plaza se otorgue o el contrato se firme. La representación sindical y las jefaturas de departamento y direcciones «ganadas» por el movimiento magisterial, en complicidad con funcionarios públicos corruptos, hacen su agosto. El último gran golpe en la venta de plazas se hizo en el 2010, con la complicidad de Abel Trejo, ex director general del IEEPO, miles de plazas fueron vendidas e incluidas en las nóminas.

Queriéndolo o no, la S22 tuvo que «proteger» muchas de esas contrataciones fraudulentas. Los propios jefes de departamento, impuestos por la Sección 22, se quejaban de la presión de quienes antes habían ocupado sus cargos para que firmaran documentos que hicieran posible la asignación de plazas que previamente habían vendido. De todo lo anterior, hay denuncias en el propio sindicato. No obstante, pudo más el interés de ocultar la corrupción y recibir el beneficio de recibir a nuevos militantes del MDTEO. La mayoría de los 3,699 actualmente «regularizados», son polvo de aquellos lodos.

El tercer factor asociado al incremento de la membresía de la S22, tiene que ver con la irresponsable política de oferta educativa: llevar a la obligatoriedad servicios de educación básica sin la suficiente planeación como en el caso de preescolar y secundaria, tuvo la consecuencia de crear modalidades de servicio que después serían nidos de control del sindicato para la venta de plazas como la Telesecundaria.

Con esos factores operando de manera combinada, la Sección 22 sólo tenía que exigir que los compromisos se cumplieran para aumentar su poder, poder que jugaba un doble o triple papel. Por una parte, garantizar la continuidad del MDTEO ante el peligro que representaba el «charrismo» sindical del SNTE, peligro que no solo hacía necesario el incremento de la membresía, sino que llevó a construir una verdadera máquina de resistencias configurada por la estructura extra-legal (no estatutaria) del sindicato.

Esta estructura, además de la organización legal del sindicato, es la que defiende hoy la Sección 22 a toda costa, porque sin ella no hay reproducción del sistema que le da vida al MDTEO, pero que también mantiene la colonización del servicio educativo, y aquí entramos al segundo papel que juega el fortalecimiento de la S22 con su enorme membresía.

El mantenimiento de la máquina de resistencia y conflicto del MDTEO, consume una cantidad ingente de recursos presupuestales, no sólo son las plazas que se llevan más del 98% del presupuesto total de más de 21 mil millones de pesos al año, sino las presiones para que el IEEPO otorgue servicios a las regiones donde hay interés político de control por parte de la S22, servicios como uniformes gratuitos, calzado gratuito, pago de energía eléctrica, equipamiento, construcción de infraestructura, ampliación de servicios, etc. todo ello aparentemente beneficioso para las comunidades oaxaqueñas, que son más bien intercambios clientelares que incrementan el poder de la S22 en las comunidades; este tipo de clientelismo no ha sido suficientemente estudiado. Retomo mi argumento: para asegurar esos recursos, la S22 tuvo que colonizar al IEEPO. No es que haya sido una conquista premeditada, pero las circunstancias y el contexto político llevaron inevitablemente a ello.

Nota aclaratoria: quienes crean que con la creación del Nuevo IEEPO se descolonizó al servicio de educación pública en Oaxaca está equivocado. El nuevo IEEPO vino a ser algo así como si a alguien que sufriera de migraña, le diera por cortarse la cabeza.

No obstante, la creación del nuevo IEEPO y el aparente endurecimiento de las autoridades federales al detener a parte de la dirigencia de la Sección 22 (2015), provocó una seria crisis en el MDTEO; crisis que fue superada gracias a la experiencia de un movimiento sindical que lleva más de tres décadas vigente; pero también gracias a los errores y la gran corrupción de los políticos mexicanos, que los hace vulnerables a la protesta bien organizada.

Recuperados gracias a la tragedia de Nochixtlán, el pasado 14 de enero la asamblea estatal de la Sección 22 finalmente resolvió aceptar los términos de la convocatoria propuesta por el CEN del SNTE. Renovar a su dirigencia sindical es un reclamo de quienes no comulgan con el actual comité ejecutivo seccional, pero también una necesidad de legitimar a la dirección del movimiento, simulando respetar los estatutos del SNTE.

Para lograr una convocatoria a modo, el MDTEO requiere de que toda su dirección política sindical, tanto la estatutaria como la extra-legal sea incorporada al aparato sindical, para que puedan cobrar y dirigir al movimiento sin trabajar en las aulas. El número total de “comisionados”, incluyendo a los que anteriormente se asumían como jefes de los departamentos y direcciones del IEEPO suman más de trescientos.

Con la reforma educativa, el IEEPO quedó desautorizado para pagar a los comisionados sindicales, esto se hace ahora a través del SNTE y éste, de acuerdo con los estatutos, estableció en el proyecto de convocatoria para Oaxaca, 55 comisionados sindicales.

Después de varias negociaciones, finalmente el SNTE accedió a incrementar de 55 a 66 el número integrantes del comité ejecutivo seccional.

Para aprobar dicha propuesta, se sometió al análisis de la asamblea estatal. Después de la deliberación correspondiente, el resultado de las votaciones fue de 229 (56%) votos a favor de la convocatoria contra 189 (44%) votos de quienes querían que la elección se hiciera por fuera incluso de la convocatoria. En total votó el 48.2% del total de 856 delegados y aún así, como se puede ver, la votación quedó muy dividida.

La presión que ejerció el gobierno federal al establecer que todos los asuntos pactados con el gobernador Alejandro Murat estaban supeditados a la aceptación de las condiciones del CEN del SNTE, surtió efecto. Por eso la manipulación de la llamada “asamblea estatal mixta permanente” por parte de la actual dirigencia de la S22 fue evidente, aún con el argumento de que los “tiempos estatutarios” se agotaban; lo urgente, para resolver todos los pendientes, era aceptar la convocatoria

En estas condiciones, los grupos más radicales, así como muchos delegados de la asamblea estatal, no estarán conformes con lo sucedido y denunciarán a la actual dirigencia de traición. Es probable que los filtros que operan en la selección de candidatos a la dirigencia de la sección 22, se tornen más selectivos y por tanto más radicales. El ambiente social de enojo por el incremento de la gasolina y las críticas al presidente de la república, resultan propicios para que los grupos radicales agiten al magisterio.

A pesar del acuerdo con el SNTE, la Sección 22 elegirá a 161 dirigentes titulares de los cargos que por usos y costumbres nombra el MDTEO, es decir, 95 más de lo autorizado. Los auxiliares y los puestos en los niveles educativos del IEEPO, serán materia de discusión para decidir cómo serán incluidos en la estructura organizativa del MDTEO.

El Pre-congreso inició la fase de elección de delegados el 15 de este mes, la realización del Pre congreso será el 19 de enero y el Congreso Extraordinario se realizará los días 20 y 21 de este mismo mes.

La dinámica al interior del Pre congreso será de confrontación y nadie querrá estar del lado del quienes serán calificados de traidores; es probable que no se aplique el principio rector 20 a la dirigencia saliente, porque el pre-congreso le dará prioridad a la unidad interna del MDTEO. Después de nombrada la nueva dirigencia seccional, la presión sobre el gobierno del estado será inminente, acompañada por todas las organizaciones clientelares que desean reposicionarse ante el nuevo gobierno de cara a las elecciones del 2018.

Si la coordinación entre la S22 y las llamadas organizaciones sociales se ve reforzada con organizaciones ciudadanas contra los gasolinazos, el escenario se tornará más conflictivo e impredecible. El peligro para el movimiento social que pretende frenar la locura gubernamental en empobrecer al pueblo y saquear al país, es que las organizaciones clientelares, incluyendo al Big Brother de la S22, abandonen el escenario de la protesta cuando vean satisfechas sus demandas de corto plazo; es cierto que  a la larga, volverán a la protesta cuando las nuevas condiciones de empobrecimiento ahoguen a sus clientelas en un ciclo doloroso de reorganización, movilización y traición al movimiento social.

Para cambiar las actuales condiciones del país, se requiere de un sistema de protesta que logre integrar las demandas de largo plazo de la mayoría de la población, con las demandas particulares de cada sector, región y comunidad de la sociedad y sobre todo, no caer en la provocación de los actos violentos, que sólo facilitan las políticas de choque y shock de los grupos poderosos, empeñados en desmantelar a México y someternos a una nueva forma de esclavitud.

 

 

 

Acerca de samael2012

Juchiteco, aficionado al cine, los viajes, los libros, la música. . . y los sueños.

Publicado el 17 enero, 2017 en Artículos y etiquetado en , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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